Todos utilizamos hierbas en la cocina: unos más y las preferimos frescas y otros apenas las usan o siempre utilizan las mismas.
Hay que conocerlas poco a poco, probarlas y descubrirlas y saber que una brizna de tomillo o unas ramitas de romero pueden hacer que tu plato sea una maravilla, una delicia llena de aromas y de sabor, porque es eso lo que nos aportan las hierbas naturales, sol, aire, tierra, todo condensado en unas pequeñas hojas.
En todas las cocinas de los países que rodean el Mar Mediterráneo, hay una gran afición al uso de hierbas, la reina es el perejil y después de ella todas las demás, el orégano, el romero, la famosísima albahaca, el tomillo en sus diferentes variantes, el laurel, la salvia, la mejorana, el perifollo.
Las más famosas y conocidas, por la importancia de la cocina francesa, son las hierbas de la Provenza, muy utilizadas tanto secas y en polvo como frescas. Atadas en un “bouquet garni”, se introducen en el guiso y antes de servirlo se extraen y se eliminan. Las hierbas provenzales son un condimento indispensable en la cocina francesa. Se utilizan en todo tipo de guisos, sopas, etc.