Antiguamente, las familias de Lebrija que no tenían dinero y trabajaban en el campo solían aprovechar el pan que sobraba de un día para otro y que se pone duro para hacer el ajo lebrijano. Además era una comida muy económica y las verduras las podían sacar de sus propios huertos.
El ajo se solía cocinar en grandes cantidades (sobre 10 personas) ya que las familias de antes eran numerosas y de ahí comía toda la familia. Hoy día el ajo es una comida que viene de familia, ya que no todas lo elaboraban de igual forma y cada una añadía sus variaciones.
Raciones: 6
Ingredientes
800 g de aceite de oliva virgen extra
¾ de cabeza de ajo laminados los dientes
150 g pimiento verde de freír
600 g de tomate natural pelado
400 g de agua
Sal
6 huevos
Miga de pan de masa prieta
Elaboración
Hacemos el sofrito con los ajos picados en el aceite y, cuando están dorados, le añadimos el pimiento picado y después el tomate.
Cuando todo está frito, echamos agua y sal y, cuando rompa a hervir el agua, echamos los huevos y los vamos mezclando con el sofrito y el agua.
Cuando vuelva a hervir, retiramos el perol del fuego y vamos añadiendo la miga del pan y lo vamos removiendo hasta darle la consistencia al gusto, ni muy espeso y muy líquido.
Con las cortezas del pan se hacen las cucharas. También podemos hacerlas con unos pimientos verdes.
Via blogs.cadenaser.com
