Las mejores formas de cocinar el pescado

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El pescado es una de las mejores opciones cuando buscamos alimentos para configurar nuestra dieta. Es rico en proteínas de buena calidad, aporta grasas beneficiosas para el corazón, y el blanco tiene muy pocas calorías (unas 70-80 kcal por cada 100 gramos, mientras que el azul tiene unas 120-200 kcal). Además de ser saludable, está muy bueno cuando se sabe cocinar adecuadamente, algo que va más allá de saber elegir la pieza fresca cuando lo compremos.
Cómo cocinarlo

Tal vez te sorprendas de la gran cantidad de formas de preparar el pescado que existen, pero es que además cada una influye de forma diferente tanto al sabor como a los nutrientes:

A la plancha o a la parrilla: la plancha es ideal para rodajas o lomos de pescado blanco, evitando con ello que se deshagan. La parrilla es perfecta para pescados azules, pues se cocinan en su propia grasa.

Al vapor: este método es el que mejor conserva los nutrientes. Se trata de verter cuatro dedos de agua en una olla y poner una cesta sin que toque el agua. Se pone el pescado en rodajas en dicha cesta, se tapa y se deja cocer ocho minutos.

Asado al horno: muy útil si se quiere cocinar el pescado entero o en grandes trozos. Es conveniente poner el horno a unos 180 grados para que la temperatura interior del alimento no supere los 70, todo esto durante un máximo de 20 minutos.

Papillote: permite cocinar el pescado en su propio jugo sin agregar agua o aceite. Se envuelve el pescado en rodajas (o entero si es pequeño) en un papel adecuado y resistente al calor, y se hornea durante unos doce minutos a 180 grados.

Guisado: son preferibles variedades de pescado con la carne firme para que no se deshagan, como el atún o el rape. Se prepara un caldo de pescado con las cabezas y algunas hortalizas, se hierve durante diez minutos, se retiran las cabezas y se añaden los trozos de pescado para cocerlos otros diez minutos.

Frito: de esta forma añadimos más grasa que con el resto. Es preferible usar aceite de oliva, evitando que humee para que no pierda sus propiedades, y una vez frito eliminaremos en lo posible el exceso de aceite.

A la sal: así se conserva mejor el calor, pues la sal forma una capa protectora en el horno. Suelen prepararse de esta forma la lubina y la dorada.

Con toda esta variedad de formas de cocinar el pescado, también la tenemos a la hora de elegir un tipo u otro. Merluza, rape, salmón, atún… tenemos multitud de pescados azules y blancos de los que aprovechar sus múltiples beneficios, por lo que ya no hay excusa para no introducirlos en la dieta.

Via sportadictos.com

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